Thor: Los cazadores de rayos



Regresamos con Thor, esa recordada serie que nos narra las aventuras del hijo de Crao. Es éste un hombre de la Edad de Piedra quien, armado de su cuchillo se sílice, debe hacer frente a los peligros que acechan a los habitantes de aquellas feroces eras.


Tunga y Thor

Según el gloguero Fran Solo, André Cheret influyó a Edouard Aidans en el modo de dibujar a Tunga en su última etapa. Pero momento, Tunga es bastante anterior a Thor (Rahan, es el nombre real). 'La horda maldita' vio la luz en 1962 y Thor comenzó en 1969 (pueden informarse en el sitio oficial: http://www.rahan.org/uk/index.html)
Tunga y Thor son diametralmente distintos en sus historias. El primero es absolutamente parte de su tribu nómada y el segundo es un héroe solitario, como un Súperman primitivo.
Las viñetas de Cheret son geniales, verdaderas lecciones de anatomía, escorzos impresionantes, movimientos naturales (me recuerda vagamente al Tarzán de Burne Hoghart, pero Cheret, me atrevo decir, es muy superior). Interesante además su visión de estos humanoides en evolución: frente estrecha, movimientos cercanos al de los monos, muy bien lograda la idea de hombre prehistórico. Animales humm, Cheret está en deuda. Es que, es irremediable hacer comparaciones: Aidans es un maestro de maestros, en lo que a fauna animal se refiere. Cheret cae en desproporciones y hay mucha imaginación en sus felinos y animales en general.
Así y todo, con esas mínimas falencias lo encuentro prodigioso en el dibujo y sus historias bien entretenidas.


“Después de Altamira todo es decadencia”



Pinturas en la reproducción de la cueva de Altamira. GETTY IMAGES

Hiela la sangre la extremada elegancia y exactitud del trazo de la pintura rupestre

FUENTE: Diario El País

He asistido a uno de los admirables cursos de la Fundación March. Esta vez, sobre la pintura paleolítica. En realidad, sobre la vida en las cavernas hace 40.000 años. No hay nada más actual, porque no tenemos ni idea de cuáles son nuestros orígenes, de manera que mal hemos de saber cuál será nuestro destino. La prehistoria comienza, para nosotros, a mediados del siglo XIX. La prehistoria es algo muy reciente. Antes los sabios creían que la edad de la Tierra era de 6.000 años. Desde entonces nuestro pasado ha crecido en millones de años. Nuestro futuro, en cambio, se ha esfumado.
Fue Picasso quien dijo: “Después de Altamira todo es decadencia”. Se refería a la inexplicable delicadeza de las pinturas que se han conservado en cuevas como la cántabra o las francesas de Chauvet y Lascaux. La extremada elegancia y exactitud del trazo hiela la sangre. Las primeras imágenes de la humanidad son perfectas. Nadie sabe cómo fue posible, pero seguimos echando luz sobre el enigma del Paleolítico. De hecho, nada envejece más deprisa que la prehistoria. Lo que decía sobre Lascaux un talento como Georges Bataille hace 50 años sigue siendo inteligente y poético, pero apenas hay datos que no estén equivocados.
Los ponentes del curso, Alcolea, García-Diez, Baquedano, describieron minuciosamente el mundo de los cazadores cavernarios, hermanos de bisontes, ciervos, caballos, renos o mamuts, y a mí me pareció un mundo ejemplar, civilizado, profundo, respetuoso con lo viviente, en comunión con los animales a los que admiraban.
Su esperanza de vida era de 25 años. Así que, comparados con aquellas sociedades juveniles que mantuvieron una mesura vital milagrosa durante 40.000 años, nosotros somos unos salvajes.

Análisis de restos de hace 3,3 millones de años revelan información clave de la evolución humana.



Los restos conocidos como "Selam", correspondientes al esqueleto casi completo de una niña de 2 años y medio, muestra detalles importantes sobre el desarrollo de la columna vertebral del hombre.

Un esqueleto fósil de 3,3 millones de años ha dado a los científicos la clave para establecer que varios millones de años antes de lo pensado el ser humano ya había desarrollado partes de la columna vertebral que le permitían movimientos para caminar de manera eficiente. 
El fósil conocido como Selam es un esqueleto casi completo de una niña de unos dos años y medio que fue descubierto en Etiopía en el año 2000 por el profesor Zeray Alemseged de la Universidad de Chicago (EE.UU.) y autor principal del estudio que publica hoy PNAS. Selam, que en amárico etíope significa "paz", fue un humano temprano de la especie Austrolpitecus afarense, la misma que la famosa Lucy.

El análisis de los restos fósiles reveló la columna vertebral más completa de homínido encontrada hasta ahora y que incluye vértebras, cuello y caja torácica. "Investigaciones continuas y meticulosas de Selam mostraron que la estructura general de la columna vertebral humana surgió hace unos 3,3 millones de años, lo que arroja luz sobre uno de los rasgos distintivos de la evolución humana", señaló Alemseged en un comunicado de la universidad. 
El experto destacó además que el fósil de Selam presentaba un estado de conservación sin precedentes, "especialmente para un individuo joven que aún no tiene sus vértebras totalmente fusionadas". La columna vertebral de los humanos comparte características con la de otros primates, pero tiene otras que le son propias y le permiten caminar erguido, como que tiene menos vértebras torácicas, pero más vertebras dorsales. Sin embargo era muy difícil establecer dónde y cuándo evolucionó ese patrón pues encontrar un conjunto fósil de vértebras completo y bien preservado es algo muy extraño. 
Durante años se conocían fragmentos de restos fósiles de algunas especies tempranas que "sugerían" un desplazamiento de las vértebras torácicas a las lumbares. "Selam nos ha proporcionado el primer vistazo a cómo estaba organizada la columna vertebral de nuestros antecesores tempranos", indicó Carol Ward, de la facultad de Medicina de la Universidad de Missouri (EEUU). 
Los restos de Selam fueron llevados al Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotón en Grenoble (Francia), donde Alemseged y su equipo de investigación usaron tecnología de imágenes en alta resolución para visualizar los huesos. Así los expertos pudieron examinar aspectos de las vértebras que era "imposible lograr con la muestra original", indicó el coautor del estudio Fred Spoor, del departamento de Biociencia de la University College de Londres. Los estudios señalaron que Selam es el primer ejemplar en el que, al igual que los humanos modernos, nuestros primeros antepasados tenían solo doce vértebras torácicas y doce pares de costillas. 
Es decir, menos que la mayoría de los simios. Esta configuración poco habitual en un humano temprano puede ser la clave para desarrollar escenarios más precisos sobre la evolución de la bipedestación y la forma moderna del cuerpo humano", según el estudio.





Fuente: Diario El Mercurio


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Tunga: El potro negro

 
La saga escrita y dibujada por Edouard Aidans.


Vamos a insistir con estas entregas de Tunga por dos razones en especial: son unas hermosas historias (bien dibujadas y con buenos argumentos) y segundo, un recurso pedagógico excelente para enseñar sobre este tema a los chicos de la primaria.

Hemos recibido comentarios de maestras que han usado el material en las aulas con particular éxito. Esto mismo nos ha motivado a continuar con la difusión de historietas de tipo educativo y de paso revalorizar este medio de expresión.
“Tunga y el potro negro”, nos muestra la lucha de los hombres por el dominio de la naturaleza y la incorporación del caballo como aliado estratégico en su posterior desarrollo.

Trabajo y gentileza de los amigos de "Yo soy de la Generación Mampato".





Dibujamos desde niño y desde la prehistoria




De niños no nos importa si lo hacemos bien o mal. Lo importante es el proceso. De tanto halagar al niño diciéndole: “Oooh que dibujo más lindo”, el niño siente que eso –el halago- es algo agradable y empieza a buscar la aprobación de los adultos.

Por Rubén Reveco, licenciado en Artes Plásticas

"¿Es tu mamá?", es la pregunta casi obligada y el niño también asiente con la cabeza: “Es mamá”. "¡Qué hermosa que te salió!" Y le empezamos a conferir un valor estético a lo que ese niño ha hecho.
Es la primera asociación entre arte y belleza. Por lo demás sería bastante cruel decirle a un niño de 5 años “Que dibujo más horrible has hecho”, como para desanimarlo; no vaya a ser cosa que nos salga artista.



Dibujamos desde niño y desde -más o menos- 30 mil años.


Haremos un esfuerzo y viajaremos en el tiempo. Siempre me a gustado los cómics referidos a la Prehistoria. De niño leía una historia llamada “Tunga” que contaba las aventuras de hordas en la Europa central y eran maravillosas historias y dibujos fascinantes y muy bien lograda la ambientación y este era todo un mérito y profesionalismo del dibujante.
Pero estos artistas de cómics sólo dibujaban escenas de combates, de erupciones de volcanes, de cavernas que a veces mostraban un muro donde había un dibujo o una pintura…
Si bien, mucho antes de que los seres humanos empezaran a pintar o esculpir había utilizado el fuego, pero el fuego era algo que ya existía. Habían utilizado las vestimentas para protegerse del frío, las mismas que cubrían los cuerpos de los animales. Habían aprendido a navegar, seguramente agarrado de un tronco que flotaba a la deriva. Pero nunca habían hecho lo que nosotros llamamos arte, porque dibujar o pintar era algo sin precedentes.





¿Con qué dibujaban?

Cuando hoy vamos a la librería y compramos carbonilla (unas inocentes ramitas de sauce) estamos por repetir un proceso originado hace miles de años. Porque al trazar una raya sobre una superficie estamos repitiendo lo que hicieron nuestros antepasados prehistóricos, cuando de un resto de una fogata tomaron una rama con su punta carbonizada y la usaron para hacer un trazo sobre la pared de su caverna: Habían inventado las artes plásticas.
Es decir, trabajaron con materia inerte pero con características de plasticidad. El barro, la piedra, las tierras de colores se podían modelar, alterar y transformar no sólo en objetos utilitarios (herramientas y vasijas, por ejemplo) sino en objetos artísticos. Como un bisonte en la pared. Eso sí, no era un bisonte de verdad, era una representación. Estaba ahí, en la pared, no se movía, no era peligroso, pero existía.

¿Qué había sucedido?

1) Conocíamos a los bisontes. 2) Sin verlos podíamos recordarlos. 3) Gracias a la memoria podíamos “ver” cómo eran. 4) “Verlos en nuestra memoria” nos permitía representarlos con fidelidad. Algo había sucedido.
Todos podían hacer fuego, todos podían cazar o matar un animal y recolectar para alimentarse pero no todos podían dibujar. Y esta característica hacía del nuevo oficio algo exclusivo y convertía al artista en un pequeño Dios. Algo nuevo había pasado y no era una simple habilidad en acción. Un sector del cerebro se había activado y otorgaba a unos pocos la capacidad de representar.
Así que, por favor, mucho cuidado cuando decidas dibujar y tengas entre tus dedos esa humilde ramita de sauce. Sean digna de ella y tómense en serio lo que estás por hacer. Estás repitiendo algo que no ha muerto ni morirá por los siglos de los siglos.
En desmedro de su autonomía, históricamente el dibujo ha sido considerado subsidiario de la pintura, lo que se pone de manifiesto a través de las innumerables historias de la pintura y las escasas historias del dibujo que se han publicado.


¿Volver a pintar?

Porque están destinados a rescatar el milenario espíritu de las cavernas. Ese que nació del miedo de una noche acosado por las fieras, de la grandeza, de la superstición y de la verdadera genialidad. Imita -a ver si eres capaz-  a esos bisontes y caballos pintados en Lascaux o Altamira. Imita a esos o esas artistas que inventaron el arte. Porque era una forma de decir cosas, expresar ideas, exorcizar posesos, asustar fantasmas, perseguir sueño, hacer magia...
Para nosotros -simples herederos y copistas del siglo XXI-  la única forma de trascender es rindiendo un homenaje a esos primeros artistas que inventaron el pan que alimenta el espíritu y ese instante tan inefable que se llama felicidad.
Si estudias arte y quieres ser pintor no te sientas mal si tus compañeros te dicen que eso ya no se hace. Copia sin pudor alguno (es la mejor forma de aprender), imita, saca fotos, calca... Te puedes sentir orgullo por haber elegido el camino más largo, porque artistas hay pocos y elegidos, menos aún.
La más maravillosa experiencia del ser humano desde la prehistoria hasta el presente. El arte no progresa, evoluciona y en ese mágico proceso maravilla por su diversidad. Es tan inherente al hombre que muy pocos se han preguntado qué sería de nuestras vidas sin el arte y sin las manifestaciones culturales, en general. Sin la música, sin la escultura, sin las canciones, sin la pintura, sin la literatura, sin la danza, sin el teatro… 
Un buen tema para especular. 


¿Cuántas calorías aportamos los seres humanos y por qué no somos un buen bocado?

En los episodios de canibalismo en el Paleolítico siempre había niños entre las víctimas.


Si el hombre de la Edad de Piedra practicó el canibalismo, no fue sólo por hambre.
Los seres humanos no éramos el mejor alimento durante el Paleolítico: aportábamos 19 veces menos calorías que un bisonte y 100 veces menos que un mamut, animales comunes en la dieta de esa época.

FUENTE: BBC Mundo

Sin embargo, existe evidencia de episodios de canibalismo desde el Pleistoceno (periodo que comenzó hace 2,59 millones de años y finalizó en el 10.000 a. C.).
Y la mayoría de interpretaciones dadas por los científicos es que se debieron a motivos nutricionales.


Estas conclusiones siempre intrigaron al arqueólogo James Cole, de la Universidad de Brighton en Reino Unido, que decidió averiguar qué tan nutritivos somos y acaba de publicar los resultados de su estudio en la revista Scientific Reports.

Menos nutritivos que un castor

Según sus estimaciones, un hombre de 66 kilos aporta 144.000 calorías.
Pero esta cantidad se refiere a todo el cuerpo, ya que si se pone el foco sólo en los músculos (la parte que se suele comer), se reduce a 32.376 calorías.
Un aporte pobre si se compara con otras especies. Si un grupo de 25 hombres modernos se comiera a una persona, obtendría las calorías necesarias para vivir medio día.
En cambio, las 3,6 millones de calorías de un mamut les serviría de sustento para los próximos dos meses.

          Calorías que aportan los músculos

          Hombre 32.376

          Mamut 3.600.000

          Bisonte 612.000

          Caballo 200.100

          Castor 48.000

          Liebre 3.852

Incluso un castor de 20 kilos es más nutritivo que nosotros: aporta 48.000 calorías. La cabra salvaje de los Alpes, con sus 70 kilos de peso, también resulta más contundente con sus 45.780 calorías.
La saiga, una especie de antílope de 45 kilos, aporta 31.500 calorías y un reno de 100 kilos, unas 60.000.
Hasta la carne de un pájaro es más sustanciosa: cada kilo aporta 2.500 calorías frente a las 1.300 del hombre. Lo mismo pasa con las marmotas: 3.000 calorías por kilo.


Para Cole, esto significa que debió haber otras razones para que los antiguos hombres decidieran consumir carne humana.

La carne humana aporta menos calorías que la de un castor.

Los episodios de canibalismo durante el Paleolítico siempre incluían a adultos que se comían a niños. Para este investigador, esto puede indicar que los motivos "seguían las dinámicas inter e intragrupales referentes a recursos y defensa del territorios" y que las relaciones entre las tribus en el Pleistoceno eran "más complejas" de lo que se pensaba hasta ahora.
Cole también calculó las calorías consumidas en varios episodios caníbales, como el de la Cueva de Gough.
En esta cavidad de Bristol, en Reino Unido, se encontraron los restos de dos adultos, dos adolescentes y un niño que fueron comidos por otras personas hace 15.000 años.
Según el estudio, esto habría supuesto un aporte de 446.046 calorías.
Pero el festín más grande se dio en un ritual caníbal en Caune de l'Arago, en Francia, hace más de 680.000 años. Allí las víctimas fueron 18 Homo erectus adultos y 12 niños.
El consumo de calorías se elevó a las 2.295.679.

Thor: El demonio del pantano



Esta es una versión original de la historieta de Thor que se publicó en los Mampato 184 y 185: "Thor y el demonio del pantano". Se trata de una historieta franco-belga y fue creada por el dibujante francés André Chéret (1937), quien en 1975 fue galardonado con el título de "Caballero de las artes y las letras" por su contribución a la difusión de la cultura francesa en el mundo.

En su edición original en francés, Thor en realidad se llama Rahan. y como saben, es un hombre prehistórico que tiene grandes aventuras, pese a que el guión comete errores también grandes, como es el mezclar en una misma aventura a hombres y dinosaurios. (Fuente)



La prehistoria para niños (primaria y preescolar)

Todos los niños pequeños poseen una gran curiosidad que debe ser aprovechada para un aprendizaje creativo, efectivo y útil. En este artículo aportamos toda la información disponible sobre la prehistoria para niños, de esta forma, podrán entender la prehistoria de manera rápida y fácil, a la vez que se satisface su gran curiosidad y aprenden divirtiéndose.


Lee el contenido y trata de responder a las 10 preguntas “a modo examen” del final del artículo Veamos curiosidades sobre esta etapa de nuestros “ancestros” y aprendamos pues sobre el fascinante momento del que todos alguna vez hemos formado parte: la prehistoria.

Guía didáctica para los más pequeños

Cada vez con mayor frecuencia se entiende que la educación no debe pasar únicamente por la transmisión vertical de conocimientos, sino que resulta de gran importancia que también dé respuesta a la naturaleza vivaz y curiosa de los niños y que los dote de herramientas que permitan la plena explotación de todos sus recursos, durante la infancia y también en la etapa adulta.
Entender el origen y la evolución de la humanidad a través de la explicación de la prehistoria ofrece múltiples posibilidades didácticas, como por ejemplo, la exploración de la creatividad humana a través de las pinturas rupestres.
No obstante, este material puede encadenarse con un sinfín de propuestas, como el visionado de Ice Age (La película), que permitirá posteriormente tratar materias pertenecientes a la geología, como la Edad de Hielo (La era), cuyo término más adecuado sería glaciación.
Explicar cómo era la vida en la prehistoria para niños no sólo es un contenido adecuado para la educación primaria o para niños de 5 años o edades parecidas, sino que este material puede emplearse independientemente de la edad del niño, al contener también imágenes coloridas.
Además, la enseñanza de la prehistoria es una buena herramienta para emplear otros modelos educativos, como aquellos que no separan a las clases por edades sino que permiten que los niños mayores puedan ayudar a los más pequeños a comprender la información aportada.

Cuando el cine mira a la Prehistoria




El director Roland Emmerich estrena 10.000 , lo que nos recuerda que el cine prácticamente jamás ha intentado reflejar de manera fidedigna la etapa de los albores de la humanidad. 


Su mirada hacia 80.000 años atrás, a los orígenes del hombre y la mujer, ha sido tratada como relatos aventureros o fantásticos de poco rigor histórico. Por ejemplo, con la imposible convivencia entre humanos del paleolítico y lagartos jurásicos dados los tiempos en que unos y otros existieron sobre la faz de la Tierra. 65 millones de años, millón más o menos, les separaban. También ha sido terreno de cultivo para comedias de lo más desmadradas y sobre todo para sacar provecho del potencial erótico que ofrece el hecho que sus "protagonistas" se vistieran con lo mínimo y se rigieran por sus instintos más primarios.

A continuación, te proponemos un recorrido por el cine y la Prehistoria. 



Thor, el origen de un héroe de la Prehistoria


Esta es una aproximación más de tiempos muy remotos. Esta vez, se trata de Thor, una recordada serie que nos narra las aventuras de Thor, hijo de Crao. 
Es éste un hombre de la Edad de Piedra quien, armado de su cuchillo se sílice, debe hacer frente a los peligros que acechan a los habitantes de una larga y, a veces, insondable época: la Prehistoria.



La prehistoria ilustrada para niños


 Los primeros humanos vivieron en cavernas durante miles de años. Cazaban para alimentarse y fabricaban herramientas con piedras y cueros de los animales. Estas imágenes te transportarán a través de su larga prehistoria.
Este es un hermoso material editado por PLESA en 1977 y escritos por An Mc Cord del Museo de Historia Natural del Museo Británico. 




El oso en el arte y el hombre prehistórico

Quizá la primera y más popular pintura sobre la temática prehistórica realizada por Emmanuel Benner (1836-1896). Una familia se apresta a defenderse de un oso que surge desde un bosque.


El hombre como especie se ha enfrentado a lo largo de su existencia con diferentes fieras que le han disputado  los espacios territoriales, su hábitat y las fuentes de alimentos. A los felinos y caninos tuvo que agregar al oso: gigante, feroz, gruñón y peligroso. 
El arte ha interpretado esta relación de diferentes maneras, como diferente ha sido la relación que el hombre ha tenido con esta bestia: contradictoria.




La historia de los seres humanos y los osos, sin duda, no siempre ha sido amistosa. Si bien existen algunos tipos muy tímidos de osos, algunas especies son muy agresivas. Esos son los que, a menudo, están involucrados en los ataques a humanos. A muchas personas en la sociedad no les agradan los osos, pues tienen esta imagen de ellos, como animales malignos a los que debemos temer.
Entre los tipos más agresivos de osos están los osos polares, osos labiados, el oso pardo y el oso Negro. No se puede negar que los osos son animales fuertes y poderosos, son rápidos y tienen garras afiladas. Sin embargo, la mayoría de ellos sólo están haciendo lo que pueden para sobrevivir. Si son sorprendidos en la naturaleza o con sus cachorros, entonces serán más propensos a los ataques.




No hay absolutamente nada de cierto en los rumores de que los osos atacan a los humanos para alimentarse, los osos que se sabe que, en realidad consumen a los seres humanos que atacan, son los osos polares. Muchas personas logran sobrevivir a un ataque de otros osos, una vez que el oso siente que ya no está amenazado se irá.
Desde la Prehistoria, los seres humanos siguen invadiendo las tierras que fueron una vez de estos osos, el deseo de vivir cerca de la naturaleza debe significar que asumen los riesgos de toparse con estos animales.



El oso amenaza desde las sombras a esta mujer prehistórica que está dispuesta a luchas por sus hijos. Pintura de Leon Maxime Faivre, 1888.






La mayoría de los seres humanos prefieren ver a los osos destruidos, los ganaderos tienen y tuvieron una lucha constante con los osos pues las vacas y otros animales que crían pueden convertirse fácilmente en una comida de un oso. Cuando otras fuentes de alimentos son escasas esto agudizará aún más el problema.





Mampato y Ogú




Ver también:



Pinto, luego existo



Cuando el homínido comenzó a pintar sobre las paredes de las cuevas en las que habitaba, hace aproximadamente unos 30.000 años, era el momento en el que coexistían en el sur de Europa los Cromagnon con los Neandertal, dos diferentes especies de humanos que se mezclaron, antes de que una de ellas se extinguiera sin que aún sepamos las causas.

Texto de Juan Muro

La pintura esperó algo más que la escultura para hacer acto de presencia, puesto que requería una elaboración conceptual superior a la de la escultura: se trataba de recoger mentalmente la imagen de un objeto tridimensional para traducirlo a una representación bidimensional, en el caso de una imagen naturalista. En el caso de un símbolo, la elaboración alcanza complejos niveles de sofisticación, puesto que ha de concebirse como un elemento no existente en la naturaleza.
En esta época de la Prehistoria que llamamos el Paleolítico Superior, aparecen en muchas cuevas del sur de Europa, en especial en el sur de Francia y en España, pinturas de un arte que hemos llamado “parietal” (pintadas en paredes) y que como primer significado tiene el de decirnos, “Aquí hubo personas”.
El hombre comienza pintando símbolos: puntos en hileras, círculos concéntricos, ‘peines’, símbolos triangulares… y también estampando manos.


No conocemos sus significados, aunque existen varias teorías que intentan explicarlos, pero sí nos sirven para saber que fueron ‘hombres’ quienes los hicieron, por varias razones:
-La primera es que no sabemos de animales que se dediquen a pintar con la destreza y la constancia necesarias para dejarnos la herencia que hemos encontrado en los abrigos rupestres.
-La segunda es que muchas de las manos estampadas tienen amputados los dedos meñiques, un asunto ritual, sin duda, muy lejano a la capacidad que pudiéramos otorgar a un animal.
-Otra es que, aunque la técnica necesaria para hacer esos dibujos es extremadamente simple, es lo suficientemente compleja para que quede fuera del alcance de cualquier otro simio superior.
-Aún hay más, la disposición de las pinturas en los muros de las cuevas es aleatoria, se distribuyen sin una previa preparación por cualquier sitio, pero en muchas ocasiones encontramos gran cantidad de ellas acumuladas en oquedades, recodos y lugares de muy difícil acceso, fuera de los espacios de contemplación directa de la mayoría de habitantes y solo reservados a quienes conocían con precisión las cavernas, lo que solo podemos interpretar como indicio de cierta iniciación ritual o mágica.



En el mismo periodo de tiempo (muy extenso, eso sí, abarca desde el 30.000 hasta el 18.000 Antes de Cristo), aparecen contra todo pronóstico pinturas extremadamente naturalistas, basadas en una observación minuciosa de la naturaleza, que se visualiza mentalmente, se conceptualiza para representar lo que el ojo ve y no lo que la mente sabe que en realidad es el objeto, figuras de animales pintadas siempre de perfil, si son mamuts o caballos y de frente si son ciervos, con un gran dinamismo y sensación de movimiento.
Estas primeras pinturas no son más que grabados arañados en las paredes de cuevas del suroeste francés, entre el 25.000 y el 20.000 a.C. La aparición de pigmentos no se dio hasta el 18.000 a.C. La gama cromática es terrosa, con predominio de rojos, negros, amarillos y ocres, más algún tono violeta derivado del manganeso. Los colores provienen de minerales naturales que se molían hasta reducirlos a polvo, sin ningún aglutinante como el aceite, sino aplicados directamente sobre una superficie caliza húmeda. La forma de aplicarlos consiste en frotar los contornos con el dedo, con palitos masticados o con brochitas y esponjas de pluma, pelo o musgo. Es curioso observar que para el interior de la figura, el polvo del pigmento se introducía en huesos horadados, como tubos, para soplarlo sobre la superficie rocosa. Esta técnica es la que se usa para las imprimaciones de manos: el artista apoyaba su mano, generalmente la izquierda, sobre la pared, y soplaba encima el color; al retirar la mano quedaba el vaciado de la huella en la pared.


En resumen, hubo unos pintores en España y Francia, hace más de veinte mil años, que nos demostraron con su arte algo difícil de creer: que su nivel de inteligencia trascendía la mera habilidad manual del Homo Habilis, para situar a nuestra especie mucho más cerca del nivel intelectual del hombre actual que lo que ningún animal había alcanzado hasta la fecha.
Y ahora dime ¿sirve el arte para algo?

Tunga: Los hombres rojos




“Desde hacía largos días, la horda de los ghnours, perseguida, extenuada, huía de los crueles hombres rojos. Al comienzo de un estrecho desfiladero está el gran río que deben franquear. ¡Más allá está quizás la salvación! Febrilmente los ghmours se empeñan en echar al agua las balsas que han construído a toda prisa.”

De este modo comienza “Tunga y los hombres rojos”, publicada en español a fines de los 60 en la revista Mampato. Dibujada y escrita por Édouard Aidans.



El autor                                                                                                             
Aidans nació 30 de agosto 1930 en Andenne (Bélgica). Publicó su primera obra a la edad de 16 años para la revista "Spirou". Más tarde, diseñó muchas historias completas en "Línea" y "Tintín", que se convirtió en uno de los empleados más prestigiosos desde1960. Para "Tintin", Aidan crea varios personajes: "Bob Binn" en 1960, "Tounga" en 1961, "Marc Franval" en 1963, "Las Panteras". En 1979 diseñó "Tony Stark", una serie diseñada por Jean Van Hamme en "Super As". En 1986 produjo junto a Jean Dufaux una saga histórica, "La Web y el puñal", Dargaud.
En junio de 2006, la Cámara Belga de Expertos lo galardonó con el BD comics gigantes por  toda su obra.




El guardián del fuego